
La propuesta sugiere la integración de usos independientes, resolviendo el variado programa de necesidades sin perder la imagen unitaria del conjunto. La topografía se integra a un sistema de circulación pública (rampas y escaleras) que permite integrar los edificios entre sí y con el paisaje.
Funcionalmente se contempla un edificio de servicios generales, cinco cabañas dobles, una vivienda y una edificación de ocho habitaciones, desarrolladas en dos niveles para elevar visibilidad y dar mayor escala al espacio interior.
Una piel metálica y permeable reviste las edificaciones para garantizar las relaciones con el entorno al mismo tiempo que se disminuye la incidencia solar.
La difícil accesibilidad hasta este alejado rincón de Mochima, nos llevó a buscar alternativas para simplificar la construcción y al mismo tiempo incorporar factores de sostenibilidad al complejo turístico. Así se proponen sistemas secos de construcción, se reutiliza la piedra existente en el lugar en forma de muros de gavión que conforman los cerramientos de las cabañas y se trabaja la adaptación de las edificaciones a la topografía, armonizando con el entorno y reforzando las relaciones con el paisaje natural.
Debido a la ausencia de agua en el sector se plantea la construcción de los edificios con estructura metálica, losas de encofrado colaborante y cubiertas de techo con paneles estructurales aislantes tipo sándwich. El diseño modular permitió optimizar y estandarizar los materiales constructivos y facilitar el posterior ensamblaje de las piezas en sitio.
La singularidad de su ubicación, la armonía con el entorno, la proximidad de sus espacios y un máximo de confort, lo convierten en una referencia visual y turística ineludible.