
Se busca romper la monotonía de la pieza monolítica, aparecen volúmenes de distintas escalas y acabados que se acoplan en asimetría, cuya configuración se aleja de la estaticidad formal cotidiana. El núcleo de circulación funge como eje estructurador de la composición y la diferencia de alturas genera un remate dinámico del edificio. Las variaciones entre volúmenes también reflejan la heterogeneidad funcional interna, estableciéndose una correlación entre forma y función.
Por otra parte, la preocupación y reflexión sobre el fraccionamiento progresivo de la ciudad, lleva a la sensibilización de los criterios de diseño, tomándose en cuenta el tratamiento de los límites, el aprovechamiento de visuales y la incorporación de espacios comunes elevados.
El lindero pasa a formar parte del diseño integral, se retrae para dar lugar al establecimiento de vínculos con las dinámicas peatonales. El edificio incorpora balcones y terrazas que incentivan la interrelación de los habitantes con el exterior, activando de manera visual y perceptiva el extraviado diálogo del espacio interior con la ciudad. Espacios abiertos que permiten mirar, se intercalan con la intención primaria de sensibilizar el uso y comprensión urbano-espacial de un contexto tropical.